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¿Aún culpando al cultivo? La ciencia dice: primero arregla tu suelo

¿Aún culpando al cultivo?

La ciencia dice: primero arregla tu suelo.


“El maíz es diferente.”

Sí, lo escucho con frecuencia.

Y sí—cada cultivo tiene sus propias necesidades de manejo.


Pero hay algo que no decimos lo suficiente:

No suele ser un fallo del cultivo. A menudo es un fallo del suelo.


Un estudio publicado en Scientific Reports en 2021 encontró que el uso inadecuado del suelo—especialmente las terrazas con bordes elevados—puede aumentar significativamente la erosión, mientras que prácticas simples basadas en vegetación, como las cercas vivas, pueden reducir la pérdida de suelo en más del 50%.


Esta erosión no solo desgasta la tierra—también erosiona en silencio los rendimientos, la retención de agua y la salud a largo plazo de la finca.


En muchas fincas que visito, observo el mismo patrón:

• Los costos de fertilizantes siguen aumentando

• Sin embargo, los rendimientos se mantienen estancados—o incluso disminuyen

• Todos culpan a la variedad del cultivo, al clima o a las plagas


Luego excavamos—literalmente—y aparece la verdadera historia:

•⁠  ⁠El pH del suelo está desbalanceado

•⁠  ⁠Zonas de raíces compactadas

•⁠  ⁠Materia orgánica por debajo de los niveles críticos

•⁠  ⁠Deficiencias de nutrientes clave como calcio o magnesio


No es un misterio de rendimiento—es un problema de salud del suelo.


Y de repente, el verdadero problema se hace evidente:

•⁠  ⁠El cultivo está reaccionando al “silencio” del suelo.


Una verdad fundamental:

•⁠  ⁠No se puede generalizar el manejo del maíz como el de otros cultivos.


Pero sí se puede comenzar cualquier diagnóstico preguntando:

“¿Qué historia me está contando el suelo?”


Porque sin importar qué cultivo siembres—el suelo marca el límite.


Consejos prácticos desde el campo:

•⁠  ⁠No te saltes el análisis de suelo—hazlo cada 1 a 2 años, especialmente antes de resembrar.

•⁠  ⁠Verifica primero el pH—ni el mejor fertilizante funcionará en suelos ácidos o alcalinos.

•⁠  ⁠Aumenta la materia orgánica—composta, cultivos de cobertura o mezclas microbianas ayudan a regenerar la vida subterránea.

•⁠  ⁠Equilibra la saturación base—monitorea las relaciones Ca:Mg:K para una salud óptima de las raíces.

•⁠  ⁠Mira más allá del NPK—los nutrientes secundarios y micronutrientes suelen ser la clave.

•⁠  ⁠Incorpora bioestimulantes a base de algas marinas—estos productos naturales activan la biología del suelo, mejoran la absorción de nutrientes, estimulan el desarrollo radicular y aumentan la resistencia del cultivo al estrés biótico y abiótico (como sequías, enfermedades o suelos degradados). Son aliados clave para revitalizar suelos cansados y potenciar el rendimiento sin depender exclusivamente de agroquímicos.


La salud del suelo no se arregla una sola vez—es un sistema vivo.


Cuando lo tratamos bien, todo lo que está sobre la tierra responde.


¿Alguna vez has tenido un problema con un cultivo que resultó ser un problema del suelo?


Dejemos de adivinar. Empecemos a analizar. Hagamos de la salud del suelo la primera pregunta, no la última.

Queda mucho por hacer y por descubrir. Si la agricultura de precisión se desarrolla como muchos esperan, una nueva revolución agrícola está a la vista. Por lo tanto, la agrotecnología parece ser la mejor opción de inversión para el futuro de Venezuela.

Luis Miguel Mulet Molina - Director Ejecutivo AVAT